sábado, 22 de diciembre de 2007

LA ESPERANZA

Apareciste en la tierra cuando el Pilcomayo empezó a formar el valle. Venía de antiguos pedernales , del deshielo inmenso que ordenó Pachacamac la tarde aquella en que Pillco invocó su ira.

Así, el río fue formando tu suelo, mientras tus cerros eran la retaguardia del ejército de Paucar, que también petrificado dio forma a tu valle.

Creciste al tiempo mientras los Chupachos te formaron, dejando su huella inviolada en Jancao.

Fuiste haciendo himno de trabajo en tu ayllu , la papa floreció generosa junto a la flor de capulí, mientras el maíz esperaba la próxima cosecha.

Así caminaba la vida en la tierra donde el pillco cantaba mostrando su altivo pecho negro, su cresta erguida roja, anunciando la salida del sol tras los cerros de Malconga.

El pillco andaba libremente, de árbol el árbol. Habían otras aves, pero él era invisible a los ojos de ellas de la misma manera que lo es hoy para nosotros. Andaba libremente, se reunía con sus congéneres en una piedra que había en el centro del valle.

Parecía el chasqui que llevaba las órdenes reales venidas de Wanuko Marka y que los hombres entendían su canto. Era premonitor de las buenas cosechas, avisaba de las lunas malas para la siembra. Advertía cuando los vientos levantarían de la raíz la sementera o la lluvia se ausentaría.

Tus jóvenes esperaban ansiosos la hora del Warachicuy, para convertirse ene guerreros, servidores del Imperio.

Las doncellas esperaban entregar su virginidad al sol o escoger al mancebo de sus sueños y dar nuevas vidas.

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