sábado, 29 de septiembre de 2012

Discurso por aniversario de Huánuco

Aniversario de Huánuco


Aun cuando la fundación española corresponde formalmente a la Ciudad de Huánuco, la celebración del aniversario no solamente involucra a la capital sino a todo el Departamento o Región.

Y esa es una razón de identidad que debe fortalecernos.

Por eso en esta noche de fiesta aniversaria, quiero hablar de un tema que para nosotros tiene un carácter fundamental: el origen de nuestra cultura, remontándonos a las horas pretéritas cuando los Chinchaycochas hace casi diez mil años caminaban las orillas de la Laguna de Lauricocha para dejar la huella del primer hombre peruano.

Desde ahí empieza la historia de Huánuco, ahí está el origen raigal de nuestra cultura que se fundó en Kotosh hace cuatro mil años, constituyendo nuestra primera civilis y el templo más antiguo de América.

De aquí los Kotosh seguirían las rutas de camino hacia la costa y se asentarían en Wanuko, en las gélidas pampas donde los vientos ramonean con las nubes, ahí establecerían la capital de la nación Yarowilca, más antigua que la de los mismos Incas, como sostiene Guamán Poma de Ayala.

Los españoles llegaron a nuestros territorios para aplacar la ambición que había producido la conflagración entre ellos. El almagrista Gómez de Alvarado recibió de Francisco Pizarro la orden de fundar una ciudad en Wanuko, allá en la pampas donde florecía una ciudad de piedra, solidaria, laboriosa y era la capital del Chinchaysuyo.

Y fue así que un día como hoy, día de la Señora de Agosto, fue fundada la Ciudad de León de Huánuco, donde el rebelde IllaThupa defendía su suelo como río embravecido.

No existe Acta de Fundación, que suponemos debió haberse levantado tal cual era el procedimiento de estilo. La fecha fundacional nos ha sido legada por cronistas como Pedro de Calancha, quien sostiene que fue fundada un día de la Señora de Agosto; igualmente existen testimonios como el de Diego de Aguilar y Córdova, vecino de la ciudad que conoció a los fundadores; y versiones de Herrera, el historiador oficial de la corona.

Sin embargo los españoles no echaron raíces en Wanuko Marka y a fines de 1539 Pedro Barroso trasladó la ciudad al valle del Pilcomayo, reino de los Chupachos. También acá no fue posible el asentamiento de la ciudad y fue abandonada, hasta que el sanguinario Pedro Puelles recibió la orden de repoblarla, acto que se inició el 2 de Febrero de 1543, fecha que muchos historiadores como Edmundo Guillén Guillén la consideran fecha fundacional de Huánuco.

Fue en el valle del pillco donde empezó a florecer una ciudad diferente, la ciudad de piedra de las pampas estaba siendo reemplazada por una ciudad de adobe. Pero no solo eso, la cultura incaica estaba siendo cambiada por una cultura distinta, que tenía otra concepción del mundo, de la vida, de las cosas, una forma distinta de amar la tierra y el trabajo. Tenía otra lengua y otros dioses, también tenían otros sueños.

Como la cultura es un hecho vivo, la cultura incaica se resistió y la hispana buscó que imponerse, es en ese momento en que empieza a nacer el mestizaje, nace el Cholo, nace el Cholo Huanuqueño, símbolo de nuestra estirpe, nuestra raza y nuestra cultura.

Esta fecha es una celebración de la cultura mestiza. Debemos enfatizar en el sentido de que el mestizaje mas que un hecho racial es un hecho cultural que nos comprende a todos, más allá de las fronteras geopolíticas, la cultura de los pueblos no tiene fronteras.

Ahí están nuestras raíces culturales, ahí está nuestra identidad. La razón de nuestro orgullo, de lo que somos más allá del tiempo.

Esa identidad es la que sella nuestra unidad social, nada se hace sin la cultura. Por eso en esta noche los invito a una reflexión sobre este tema para consolidar la unidad de nuestro departamento, ver aquello que nos une y nos puede hacer más fuertes.

Reconocer que nuestra cultura se origina en el ande, que ahí están las raíces culturales andinas que forman parte del mestizaje; que se expresan desde nuestra gastronomía, como la ancestral pachamanca por ejemplo, hasta la sublime expresión estética del Cóndor Pasa.

Y en ese caminar de la historia han transcurrido 473 años, durante los cuales se han suscitado una serie de acontecimientos de los que nos ha tocado ser orgullosamente protagonistas, inscribiendo el nombre de nuestro pueblo “con letras diamantinas en los fastos de la historia” como diría el maestro Ezequiel Castillo Cárdenas.

Los protagonistas de esos hechos nos enseñaron a mirar una historia sin fronteras, sin determinación de espacios geopolíticos, los actos generosos como los espíritus elevados van más allá de los límites convencionales.

Así fueron los heroicos combatientes de 1812 cuando se inmolaron, vinieron de las selvas panatahuas y de las alturas huamalianas, a entregar sus vidas por la sangrada causa de la libertad.

Así fue Leoncio Prado cuando fue a pelear por la libertad de Cuba y las Antillas, como Esteban Pavletich fue a pelear a Nicaragua.

El insigne historiador José Varallanos está totalmente identificado por su ancestro y sus convicciones con el pueblo de Jesús, capital de la provincia de Lauricocha.

Javier Pulgar Vidal el Amauta es panatahua, de alma, vida y formación.

Augusto Cardich el descubridor del hombre de Lauricocha es natural de La Unión.

Estoy citando todos estos ejemplos para afirmar la necesidad de que los huanuqueños nos identifiquemos como una unidad departamental o regional, más allá de los “ismos” y gentilicios.

Huánuco no solo es la ciudad, Huánuco es todo nuestro ámbito regional, desde la cordillera del Huayhuash hasta la selva baja de Puerto Inca. Así lo entienden y lo quieren las provincias.

Cada una con sus propias características naturales, con su tradición y su historia.

Como tal debemos pensar y aspirar en función a esa realidad, esa debe ser nuestra forma de honrar las memorias ilustres, de honrar nuestra historia pródiga en actos generosos.

Y así con la convicción de nuestra identidad cultural, con el respaldo de nuestra conciencia social, rendimos tributo a nuestro pasado, también tenemos que honrar nuestro futuro y esa una tarea de la hora presente.

Juan Ramón Pereda decía: “El amor a la tierra aumenta con el tiempo y la distancia”. A nosotros nos corresponde decir si es verdad ese acerto, más creo que el tiempo y la distancia acrecientan la nostalgia, la necesidad del retorno, de un reencuentro como decía el poeta, nuestro buen amigo Chachico Rétiz : “cuando la nostalgia de tenerte lejos, dulce valle mío invada mi alma, evocaré tu recuerdo …”.

Nosotros cuando salimos de nuestra tierra trajimos la riqueza infinita de nuestras vivencias, de nuestros afectos, como tal amamos a nuestro pueblo con intensidad, por eso sentimos sus rabias y sus amarguras, pero también sentimos sus esperanzas y sus alegrías.

Por eso llamamos a una actitud comprometida a los huanuqueños residentes en Lima: Huánuco espera de nosotros, nuestro compromiso con la tierra no se ha extinguido, al contrario se ha acrecentado.

Gracias Huánuco por habernos dado historia.

Huánuco nuestro, eterno y verdadero.

Con el alma en Huánuco, 15 de Agosto del 2012

Edmundo Panay Lazo















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