miércoles, 20 de agosto de 2008

¿QUE ES HUANUCO?



En principio quise empezar ubicando a Huánuco como tal. Luego consideré necesario iniciar haciéndolo como parte del Perú. Pero al final he estimado conveniente comenzar localizándolo como un pueblo que forma parte de América Latina.

Nuestra realidad es única y tiene un solo origen. No podemos explicar ni intentar definir nuestra amada tierra en forma aislada. No formamos parte de un espacio etéreo, nuestro lugar está sobre la tierra y situado sobre esta parte del mundo que los invasores dieron el nombre de América y que los imperios la identifican como América Latina, heredera de la cultura occidental cristiana que trajeron los españoles, pero que tuvo su origen en Grecia y Roma.

Sí, así fue. Nuestra historia es como la de todos los pueblos de esta parte del continente, sencillamente, porque es la misma en sus causas, procesos y consecuencias.

Desde que el pirata genovés Colón pisó la hoy Bahamas en 1492, terminó el hambre en Europa que acrecentó su codicia y concluyó la libertad en América que inicio su camino a la miseria en todas sus formas. La casualidad salvó a Europa que germinó nuevos imperios, liquidando a esta parte del mundo material y espiritualmente.

La historia de los pueblos oriundos terminó ahí, por más luchas de resistencia que ofrecieron. De la unión con una cultura dominante, conocedora del hierro y de la pólvora, de las intrigas cortesanas llevadas a los campos de batalla y del engendro de la traición entre hermanos de raza nació el mestizaje.

A partir de ese momento nuestra sociedad empieza a insertarse en el naciente capitalismo mundial, cuyo origen en su etapa moderna es ubicada en el siglo XVI, aun cuando en el Perú Ernesto Yépez del Castillo fija la década de 1890, como el del inicio del desarrollo del capitalismo, a partir de la explotación del guano durante el primer gobierno civilista de José Pardo.

La invasión española quebró el estado tahuaintisuyano, dejándolo reducido a etnias, modificando la base agraria de su economía con la introducción de la explotación minera y creando un patrón mercantil exportador.

España, como todos los imperios, ocuparon y organizaron sus estados en los territorios invadidos, con la finalidad de crear apéndices de su economía.

Es en este estado colonial cuando se van a empezar a modificar las regiones del país, en virtud delk cambio político y de modo de producción. El capitalismo requiere de un aparato político y de una estructura económica centralizada, con centros de explotación para garantizar su crecimiento, máxime si se trata de hacerlo a costa de la dependencia como en el caso nuestro.

La ubicación de Lima nos permite completar el cuadro de este esquema. Su localización no es casual. En primera instancia su proximidad al mar para garantizar la exportación de minerales y luego su indiscutible mayor feracidad de la zona, en relación a otras zonas de la costa, amen de su ubicación territorial intermedia en el litoral.

Luego de tres siglos de estadía infecunda y prostituida, España declina la cerviz. Las relaciones de poder cambiaron en Europa. El oro nuestro salía de la iberia para satisfacer la vanidad del lujo cortesano, si es que los corsarios antes no le cambiaban de destino en alta mar.

Esta situación fue la que dio lugar al término de la dominación española. Los imperios entraban en una nueva contienda por dividirse el mundo. Cuando la lucha sincera de liberación de los pueblos de América, como lo fue en su momento el de la resistencia ante la invasión hispana, trató de hacer de nuestro continente una sola nación, sencillamente ellos hicieron todo lo necesario para evitarlo.

Tanto Inglaterra como Francia intentaron apoderarse de América Latina. Al no poder hacerlo había que dividirla. Y aquí quiero tomar una referencia de Eduardo Galeano:

“América Latina nacía como un un solo espacio en la imaginaciòn y la esperanza de Simón Bolívar, José Artigas y José de San Martín, pero estaba rota de antemano por las deformaciones básicas del sistema colonial” (Pag. 432).

“Para nosotros la patria es América”, había proclamado Bolívar: la Gran Colombia se dividió en cinco países y el libertador murió derrotado: “Nunca seremos dichosos, ¡nunca!”dijo al General Urdaneta. Traicionados por Buenos Aires, San Martín se despojó de las insignias del mando y Artigas, que llamaba americanos a sus soldados, se marchó a morir al solitario exilio de Paraguay: el Virreinato de Río de la Plata se había partido en cuatro. Francisco de Morazán, creador de la República Federal de Centroamérica, murió fusilado y la cintura de América se fragmentó en cinco pedazos a los que luego se sumaría Panamá, desprendida de Colombia por Teddy Roosvelt”. (Pags. 433 y 434).

Así nos dividieron creándonos fronteras artificiales. Haciéndonos creer que tenemos diferentes intereses y como tal debemos de rendir culto a valores distintos. Así nacieron nuestro países. De la República Bolivariana surgieron Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. De la patria de Artigas nacieron Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay. Brasil era ya dominación portuguesa. A más de que los franceses, ingleses y holandeses mantuvieron sus colonias en la zona de las Guyanas. Mientras que Centroamérica se partía en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Además de Méjico y los países que fueron surgiendo en la América insular como Cuba, Haití, Puerto Rico, República Dominicana.

Una vez divididos nos crearon dependencia económica de los imperios y lo que es más nos enfrentaron entre nosotros.

Así surgimos a una supuesta nueva vida. La sangre derramada en la lucha por la independencia fue la del pueblo, pero no fue éste quién asumió el poder, consecuentemente no eran sus intereses los que se habrían de tener en cuenta en el gobierno a instaurarse.

Claro está que quienes comandaron los “ejércitos libertadores”tenían su ideología y sus intereses, que no necesariamente estaban ligados a los del pueblo que decían haber liberado, mientras recibían cortesanas adulaciones de los criollos.

Así Bolívar, nos lo dice Virgilio Roel en “Grandezas y Miserias de la Independencia”, venía premunido de una ideología liberal proveniente de la Revolución Industrial, que si bien es cierto era “industrialista en Inglaterra, en Suramérica, por tanto en el Perú, fue antiindustrialista, puesto que, el provocar la apertura de nuestros puertos al comercio irrestricto de las mercaderías traídas de Europa, dio lugar al hundimiento de la industria que aquí supervivía”.

A esto es indispensable añadir la referencia que hace el mismo autor al primer nudo financiero de nuestra historia, cuando San Martín concertó con Inglaterra un préstamo por 1’000.000 de libras esterlinas, de las que el Perú recibió únicamente 900.000 al 6%. El segundo empréstito concertado también con los ingleses fue de 616,515 libras esterlinas, de las que el Perú recibió solamente 200.000 al mismo interés.

Pareciera que para hablar de Huánuco no es necesario hablar de todo esto y mas bien estimo que sí. Para ubicarnos no sólo físicamente sino histórica, social, económica y políticamente en el presente.

Así, también es necesario hacer algunas otras referencias de nuestra naciente República.”Se reconoció una deuda de tres millones de pesos a favor de Chile”, por concepto de la expedición sanmartiniana. “a Colombia, Venezuela y Ecuador conjuntamente se convino en pagarles cinco millones de pesos por la expedición bolivariana, … otra deuda fue la que reclamó y obtuvo Estados Unidos, por imaginarias pérdidas tenidas en las guerras de la independencia”.

Así nacimos “libres e independientes por la voluntad general de los pueblos”,dividos, dependientes económica y financieramente de un nuevo imperio y enfrentados entre sí.

Esta vez fue diferente a la figura bíblica. Con la sangre del David americano el Goliat industrial derrotó al Goliat feudal que se extinguía.

Y nos siguieron enseñando la identidad de los pueblos con concepción geopolítica. Esta es una disciplina que desde sus orígenes ha sido manejada con propósitos de dominación y control, a partir de la generación de seudo identidades para motivar divisiones artificiales que impiden a los colectivos avanzar hacia la búsqueda de objetivos comunes, que resultan peligrosos para quienes detentan el poder.

Por eso en la enseñanza de geopolítica se repite la consabida lección de que el país está conformado por veinticuatro departamentos, uno de esos departamentos es Huánuco. Entonces Huánuco se instruye en el sentido de que es un departamento dividido en diez provincias. La provincia de Huánuco se indica que está dividida por once distritos, así cada una de las provincias. Cuando se llega al distrito se le divide en centros poblados mayores, centros poblados menores, caseríos, anexos, hasta llegar a los villorrios. No se nos muestra el sustento fundamental que identifica a los pueblos, por regionalismo se nos ofrece el “ismo” adherido al gentilicio, por ejemplo huanuqueñismo. No, eso no es, el regionalismo es el alma de los pueblos, es la construcción histórica de los hombres al hacer su cultura.



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